jueves, 13 de diciembre de 2007
EL VIAJERO DE LOS MUNDOS
Ángeles Mastretta
A ratos temía perder su condición de nómada, su certidumbre de que ninguna libertad era más verdadera que la de aquél que un día amanece en una cama y otro en otra, que no duerme más de un mes bajo el mismo cielo y no come en la misma mesa sino hasta antes de que los platillos que en ella se sirven corran el riesgo de volverse costumbre para su paladar. Tenía veneración por la Emilia que cruzaba su vida como una luz que si fuera permanente terminaría por cegarlo, por el amor que le guardaba entre sus brazos, indeleble y curioso como sólo son los amores al principio, y nada le daba más pánico que la idea de que ese cuerpo lo saciara alguna vez, hasta volverse indeseable. Cuando andaba solo por el mundo, cuando su cama era la tierra bajo un árbol, al acostarse dibujaba en el aire el camino inolvidable de sus cejas y se decía despacio que toda ella era perfecta, armoniosa y bien trazada, como esas líneas. Entonces la deseaba más que nunca y el deseo lo hacía invulnerable y dichoso. No quería acostumbrarse a saciar ese deseo, no quería que llegara la tarde en que de tanto verla dejara de estremecerlo su estampa.
Imagen: Raimundo de Madrazo.
jueves, 25 de octubre de 2007
PATERAS
domingo, 21 de octubre de 2007
CORAZÓN DE BIBLIOTECA
José Luis Sampedro
Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus “clientes” éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir –eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada.En la vida corriente el que paga una suma es porque:a) obtiene algo a cambiob) es objeto de una sanción.Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro vendido? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
Por la lectura. José Luis Sampedro
Imagen: Jessie Willcox Smith
lunes, 8 de octubre de 2007
OBSERVA AL HOMO SAPIENS Y APRENDE
Grado elemental, 1956
Ángel González
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero -y perdonad la petulancia-
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atras la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
-ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente-
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens y que aprenda.
sábado, 29 de septiembre de 2007
EL NOMBRE
sábado, 22 de septiembre de 2007
LA ÉTICA, EL PARADIGMA PERDIDO
martes, 18 de septiembre de 2007
DON DE LENGUAS
El lenguaje es el inventario del universo, el primer intento de poner orden en el enigma de nuestro mundo, que sólo podemos considerar nuestro cuando somos capaces de nombrarlo. Lo que no tiene nombre no existe; y si existe, acabará por tenerlo. Con el lenguaje nos comunicamos, nos expresamos y pensamos. Para mí, lenguaje y pensamiento son términos sinónimos. Alguien dijo que no pensamos con palabras: pensamos palabras. ¿Cómo podemos pensar lo innominado? Las palabras son ideas, las únicas herramientas de que disponemos para devanar la a veces enmarañada madeja de nuestro pensamiento. Por todo lo dicho, yo sigo creyendo en la capacidad activa, creadora, de las palabras. Si en un momento determinado se debilitó mi fe en ellas, es porque las ideas que conllevan parecían ser ineficaces; el descrédito de las ideas implica el descrédito de las palabras. Pero ahora vuelvo a pensar como antes. Las palabras, si están bien urdidas, nunca son inútiles. Un gran poema puede iluminar la realidad con una luz nueva, y esa iluminación inesperada equivale a una transformación del mundo. Tal vez por eso Cernuda afirmaba que el poeta es siempre un revolucionario.
martes, 11 de septiembre de 2007
LLUEVE
martes, 28 de agosto de 2007
EL CANTO DE LAS SIRENAS
desnudas en la playa las sirenas,
cogeos de la mano y caminad
procurando que el viento no despierte,
elegid una roca que tenga en su memoria algún naufragio
o una duna que lleve todavía en su seno el calor de unos amantes,
sentaos allí mismo, y con un dedo
dibujad una flauta de sal pero dulce y profunda.
Soplad en ella como si las olas rompiesen en la noche,
y todo callará mientras se elevan
las notas de un amor tan triste y tan intenso.
Entonces las sirenas se alzarán perezosas
y bailarán -dejando un rastro de silencio en vuestra piel-
hasta que llegue el alba.
Con las primeras luces, borrad la flauta con un beso
y devolved su propio sonido al mar que crece.
Poema para tocar la flauta a la orilla del mar
Jesús Aguado
Jean Baptiste Camille Corot
martes, 14 de agosto de 2007
MAR AMANTE
bramaba alrededor de tu cintura,
y como brazo colosal, la oscura
ribera te amparaba. En tus retinas,
y en tus cabellos, y en tu astral blancura,
rieló con decadencias opalinas,
esa luz de las tardes mortecinas
que con el agua pacífica perdura.
Palpitando a los ritmos de tu seno,
hinchóse en una ola el mar sereno;
para hundirte en sus vértigos felinos
su voz te dijo una caricia vaga,
y al penetrar entre los muslos finos,
la onda se aguzó como una daga.
Woman Reading a Book on a Beach
James Jebusa Shannon
lunes, 13 de agosto de 2007
UN HELADO DE LIMÓN
En la soledad de una ciudad Verdadero limón,
¿te gusta el limón?,
¡qué bueno!,
mientras el verano se nos va...
La libertad son perlas de colores.
Aquí tienes lo que te voy a dar.
En la sensualidad de los que viven rotos
el regalo que yo te voy a dar.
Mujer que estás dejando dentro de mi vida
una maleta llena de perplejidad.
No tengas miedo que esto no termina todavía
este hombre te dará...
Un helado de limón.
En la soledad de una ciudad.
Verdadero limón,
¿te gusta el limón?
¡qué bueno!,
mientras el verano pasará...
Yo te ofrezco una ducha en baños turcos,
que son abismos de serenidad,
donde como océanos nocturnos
retumbará la voz de tu ciudad.
Te doy la luna mora,
roja de la tarde
para la fantasía que amas tú.
Y estrecharé tu cuerpo entre mis brazos
para que así mujer de mí no escapes más.
Y un helado de limón...
Te doy la inteligencia del electricista
así al menos alguna luz habrá en ese cuarto
de esta pensión triste
donde la noche nos derretirá
como un helado de limón...
martes, 31 de julio de 2007
ORILLA
frágil, de espuma, blanquísima,
que él, a lo lejos, se inventa,
quién me iba a decir a mí
que se le movía el pecho
de respirar, que está vivo,
que tiene un ímpetu dentro,
que quiere la tierra entera,
azul, quieto, mar de julio?
Orilla
Pedro Salinas
miércoles, 25 de julio de 2007
CONFESIÓN
Javier Lostalé
Confesión. La rosa inclinada
Mirando al mar. Rafael Serrano Muñoz
jueves, 19 de julio de 2007
LOS LIBROS NO SON INOCENTES
Una lectura emocional de la poesía de Ángel González
Muchacha leyendo. Théodore Roussel
jueves, 12 de julio de 2007
MAL DE LETRAS
Lectura para dos. Elena Cabrera