martes, 15 de mayo de 2012

INTERLUDIO ONÍRICO EN SALZSBURGO

Interludio onírico en Salzsburgo, V. Mendigo. Jesús Aguado

Tal vez recuerdes tú, como yo los recuerdo,
los días en la isla,
los recuerdes igual de densos y de dulces
mientras oyes pasar las barcas y me dejas
las uvas de tus besos
una a una aplastadas en mi piel.
Las campanas sonaban cada noche.
Cada noche, también, una orquesta tocaba
a la orilla del mar
y todas las parejas abrazadas rompían en su orilla.
Vivíamos desnudos y hechizados como un árbol dormido
o un castillo de arena que deshacen las olas.
Recordarás también la biografía de Kavafis que estábamos leyendo.
Y el restaurante aquel donde cenábamos a la luz de las velas,
las botellas temblando, las manos deshaciéndose en las manos.
Y tantas otras cosas sencillas: pasear,
tomar el sol, callarse,
jugar toda la noche a los naufragios.
En la isla de Hvar los ojos se cerraban
del tamaño del centro de la Tierra.


Imagen: Theopile Steinlen

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