Semillas para un cuerpo
Mendigo. Jesús Aguado
[NO NECESITO UN DIOS...]
un gigante dormido soñando el universo
un gnomo en cuyos ojos el bosque de la nada se refleje
no necesito un ser distinto del que forman
tus manos en las mías por enorme que sea
quizás por ser enorme y no caber
en nuestras manos un ser que exista demasiado
(ya tengo las montañas los desiertos los mares
que existen demasiado también y no me piden
que me postre a sus pies y les adore) para creer en ti
lo más pequeño es suficiente tu misma ausencia vale
tu cuerpo deshaciéndose en mi piel
como un terrón como la miel
de los atardeceres.
Guillermo Martí Ceballos