A mano armada (Alcoba del agua)
Josefa Parra
Le robamos amor al amor,
porque no hay más amor que el asignado:
la cifrra invariable que te entregan
al nacer, como el pelo o la estatura.
Mueves los montoncitos de cariño,
puñados de deseo, algunos besos,
de un lado para otro; vas sisando,
mordisqueando el montante de tu afecto.
Robándole al amor, amor, qué simple,
qué inútil además.
Cuando anochece,
necesitado y triste y pordiosero
vuelves hasta una casa en la que apenas
te queda más que el hueco
para acostar tu alma.
Imagen: Memories and Regrets. Afred Stevens
sábado, 20 de noviembre de 2010
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